El constante libro blanco

El hecho de manifestar una propuesta conjunta en la que centrarse para renovar la educación. El modo de definir una serie de parámetros comunes para velar por una “educación saludable” ya pone de manifiesto un interés por cambiar la situación y la posibilidad de que esta situación se vea modificada.
En general estoy de acuerdo con la mayoría de aspectos mencionados en las propuestas educativas, sobre todo, la forma de precisar una educación continua en la que se sigan unos peldaños a transitar por cada estudiante, pero como comentaba en la actividad anterior, de manera individualizada. Cada alumno ha de tener su propio desarrollo y la conexión con su propia evolución. Tiene que ser consciente de sus dificultades y no tomarlas como fracasos, sino como lugares en los que poner más atención para fortalecer la relación con tal dificultad y así poder enfrentarse a ella sin que le desmorone.
El entorno educativo ha de ser un lugar saludable, no un centro de combate donde, al entrar, ya se está pensando en la hora de salir.
La profesión docente ha de ser verdaderamente una profesión. La importancia que estas personas tienen para la sociedad no puede verse mermada por cierto tipo de profesores que se hacen llamar profesionales, pero que lo único que hacen es reproducir un sistema podrido que aísla, desde sus propias “propuestas” y su cuestionable disposición ante los alumnos, y que fomenta un modelo de desigualdad educativa. Además de clasificar a ciertos alumnos en lugares a los que no pertenecen, por los motivos que sean. Tendría que haber un control y una toma de medidas ante este tipo de personas que se hacen llamar docentes, pero que lo único que hacen es cobrar un sueldo a final de mes y pasar por la escuela a dictar sus normas, sin darse cuenta de que están calando hondo en personas, que se están construyendo y que necesitan referentes a los que escuchar, aunque parezca que se tapan los oídos.
Ante esto, un consejo pedagógico estatal sería apropiado, así como un espacio propio para la educación basado en los derechos humanos, alejado de las ideologías políticas impuestas por los líderes erigidos en el momento. No se puede estar saltando de un lugar a otro en cuestiones educativas, porque se marea al personal, tanto al docente como al estudiante. Las leyes educativas no pueden servir para aumentar el número de votos de un partido político, sino para que los alumnos sepan lo que es un partido político, que sepan que es la desigualdad, la justicia, la ética, la historia.
El libro blanco tiene también otro motivo de ser blanco. El de estar constantemente reescribiéndose, porque la educación es constante, el aprendizaje es continuo e infinito, porque siempre van a quedar propuestas nuevas, porque los educadores aprenderán de los educados y modificarán aspectos que tal vez no apreciaron los primeros. Porque la evolución es darse cuenta de que podemos cometer errores, no solo en pretender solucionarlos, sino en aceptarlos.

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